Sábado 25 de octubre de 2008
A las 18:00 hs. nos enteramos por un ciudadano que entraron a la ciudad de Chilecito tres grandes camiones con carga y con patentes de Chile. Esta persona decide escoltarlos, sospechando que se trataba de una empresa minera, mientras nos relataba por dónde transitaban. Al encontrarlos decidimos detenerlos en una de las calles para averiguar hacia dónde se dirigían, que tipo de carga transportaban y de qué empresa se trataba. Los camiones marchaban precedidos por un auto que les indicaba por qué calles transitar. Luego no informaron las personas de este automóvil que eran de la provincia de Mendoza y que pertenecían a Aduana. Al detenerlos, los choferes se bajan de los camiones y les informamos que necesitamos saber hacia dónde se dirigían a lo que responde uno de ellos que no sabían y que se habían equivocado de ruta, luego otro informa que el destino era la “Alumbrera”. Les decimos que el pueblo está en contra de la actividad minera contaminante por lo que deberán retornar. Los choferes informan que recibieron de la Dirección Nacional de Vialidad una ruta por la que podían pasar en dónde estaba incluido Chilecito, con lo que se contradecían cuando afirmaban al principio haberse equivocado de ruta. Mientras tanto la gente comienza a enterarse y acudir al lugar para evitar el paso de los camiones. Los choferes realizan algunos intentos de convencernos para que los dejáramos pasar y al no obtener el permiso amenazan con llamar a la policía a lo que les respondemos que lo hicieran, convencidas de que la policía también defendería la ordenanza municipal. Finalmente deciden tomar el camino de regreso y nos piden que les indiquemos las calles por las que se podía pasar. En ése momento comentan que no quieren tener problemas con la gente que se opone al paso de estos camiones porque el día anterior en otro lugar ya les habían quemado uno. Todo el tránsito de los camiones por la ciudad tanto al entrar, como al salir generó numerosos disturbios por el tamaño de los mismos, ( 22 mts de largo) ya que las calles no están preparadas para este tipo de transporte por lo que los vecinos de todas las calles debieron retirar sus vehículos para darles el paso. Cuando nos disponíamos a salir de la ciudad guiando los camiones, llega la policía y nos detiene. Le pregunta al chofer del auto que los precedía qué pasaba, ellos le informan de lo sucedido y el agente nos pregunta con qué derecho deteníamos el paso, le informamos que no va a ser nuestro departamento cómplice de las empresas multinacionales que están perjudicando a los pueblos vecinos. Nos pregunta si teníamos una orden del juez, le respondemos que no y que ya habíamos dialogado con las personas que conducían los camiones y que los estábamos guiando para tomar el camino de regreso. Igualmente deciden que no podemos impedirles el paso y nos preguntan si nos hacíamos responsables por los disturbios que estaba generando en el tránsito el paso de los camiones a lo que respondemos que el disturbio se produjo cuando ellos decidieron entrar a la ciudad, antes de que los detuviéramos. Nos piden que los sigamos tanto nosotros como los camiones. En ese momento le preguntamos a la gente de los camiones que qué había pasado con la decisión anterior de regresar por donde vinieron, tal como habíamos convenido, a lo que nos responden que ellos no querían oponerse a la decisión de la gente, que la respetaban y que le dijéramos nosotros a la policía que era su decisión, lo cual hicimos. La policía sin escuchar nada de lo que se le decía coloca su camioneta delante de la caravana de autos, motos, los tres camiones y gente caminando que a esa altura ya se había formado y espera ser seguida. Nosotros continuamos tal como habíamos acordado con los camiones: ellos nos siguen hasta salir del pueblo por dónde entraron, impidiéndoles el paso hacia donde ellos se dirigían que finalmente no quedó claro. La camioneta de la policía con sus ocupantes quedó sola y no intervino más en el operativo desalojo. Luego los escoltamos hasta el puesto policial de la entrada hasta que nos garantizamos su partida. Igualmente la gente de los pueblos de Nonogasta y Vichigasta se organizaron para asegurar que salían del Departamento.
Una vez más queda demostrado ni el Departamento Chilecito ni la provincia están capacitados ni tienen la intención de llevar a cabo ningún tipo de control. Una vez más este control debió ser materializado por los ciudadanos chileciteños.
Estamos, Se siente, Se nota, Les jode, Nos temen, Se puede.
EL FAMATINA NO SE TOCA
Asamblea Ciudadanos Por la Vida – Chilecito – La Rioja
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