Acordaron también que el cianuro se clasifique como "una sustancia peligrosa importante" y la resolución agrega que "en los últimos 25 años se han registrado más de 30 accidentes importantes relacionados con el vertido de cianuro, en particular hace 10 años, cuando se vertieron más de 100 000 metros cúbicos de agua contaminada con cianuro desde el embalse de una mina de oro al sistema fluvial Tisza-Danubio, lo que causó el mayor desastre ecológico de esa época en la Europa Central".
Considera el Parlamento Europeo que "no existe ninguna garantía real de que no se vuelva a producir un accidente semejante, especialmente teniendo en cuenta el incremento de las condiciones metereológicas extremas, por ejemplo, fuertes y frecuentes precipitaciones".
Contradiciendo las optimistas afirmaciones de las empresas mineras, que insisten en que los accidentes "no pueden" producirse, la Resolución dice que "sigue sin disponerse de reglas prudenciales" y que "la posibilidad de que ocurra un accidente es solo cuestión de tiempo y de negligencia humana".
También apunta contra el mito de la "creación de empleo", indicando que "el uso de cianuro en minería crea poco empleo y solo por un periodo de entre ocho y dieciséis años" a lo que contrapone que "puede provocar enormes daños ecológicos transfronterizos que, por lo general, no son reparados por las empresas explotadoras responsables, que suelen desaparecer o declararse en quiebra".
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